El ritmo de la campaña proselitista es vertiginoso para los candidatos a gobernador de Tucumán. En algunos casos, el exceso de trabajo no se complementa con una sana alimentación y, lo que es peor, con un descanso que le permita al postulante recargar baterías para afrontar el día siguiente.

Si bien la mayoría de los candidatos a ocupar la titular del Poder Ejecutivo han contestado que el ritmo electoral es mitigado con una dieta controlada y con ejercicios, también están aquellos que, por la cantidad de compromisos adquiridos, la mala alimentación y el exceso laboral los lleva directamente al estrés. Incluso, los fines de semana. Es el caso del actual gobernador Juan Manzur o de la senadora Silvia Elías de Pérez que, en los últimos días, profundizaron sus rondas de contactos con la dirigencia en distintos puntos de la provincia y hasta en un mismo día.

Teniendo en cuenta esta etapa de elecciones, el día se hace muy largo para los candidatos y no todos manejan las emociones y presiones de igual manera, una aliada para afrontar este periodo es que la alimentación sea saludable y de calidad para potenciar las jornadas con energía, advierte María Paula Martínez, nutricionista de Bienestar Consultora Nutricional. “Sentirse cansado, aturdidos, con presiones, tensiones contaste y preocupaciones, pueden mejorar al darle espacio a una buena nutrición y a los hábitos saludables”, sugiere.

¿Cuáles pueden ser los riesgos de una mala alimentación en tiempos de estrés político? “Frente a situaciones de estrés generalmente recurrimos a consumir alimentos ricos en grasas, azúcares y sodio (comida chatarra) y el organismo libera sustancias y hormonas haciendo que el exceso de comida se almacene en forma de grasa y a largo plazo se traduce en aumento de peso, cansancio, fatiga, aparición de enfermedades crónicas como obesidad, diabetes, hipertensión entre otras”, enumera la especialista.

Hay dos sugerencias que Martínez realiza a los candidatos: dedicar unos minutos a comer tranquilo, alejado de la tecnología y noticias y disfrutar de los primeros minutos del día en silencio. Esa es una misión mucho más difícil que mantener hábitos alimenticios en tiempos electorales.

Clarisa “lita” Alberstein (MST)

“Trato de hacer dieta pero es muy difícil. Adelgazo porque una come mal y a las apuradas”, cuenta la militante feminista. Y agrega: “Trato de comer verduritas solas, pero bueno... Cocino siempre en casa, vivo con mi hija de 15 años, pero en la campaña compro todo el tiempo empanadas. Prefiero disfrutar almuerzos y cenas con mi hija y no pasarme el tiempo cocinando. Soy mujer y trabajadora, entonces todo cuesta más. Viajo en colectivo y la gente muchas veces me dice ‘se parece a la del cartel’. Yo soy la de los carteles”.  

José Alperovich

(HACEMOS TUCUMÁN)

“No pienso en la balanza”. José Alperovich contestó de este modo cuando se le consultó acerca del régimen que sigue desde que se alejó del poder, en 2015. “Hago dos horas de bicicleta durante la siesta;  no salgo de noche y me acuesto temprano”, indica. El senador señala que, por la mañana, toma jugos de verduras o de naranja; un yogur antes del mediodía y pollo o bife con pure para el almuerzo. Por la noche, su menú sólo contiene frutas o sopa. Las giras proselitistas son acotadas y con un ritmo medido.

Ricardo Bussi (Fuerza Republicana)

El concejal de la capital explica que hace mucho ejercicio y que durante la campaña deja de entrenar porque por la tensión se lesiona. “Es como que me desinflara cuando estamos de campaña y adelgazo mucho. Bajé cuatro kilos”, cuenta. El candidato juega un torneo de fútbol, invitado en un equipo de contadores, todos los sábados. “Mi mujer es una excelente cocinera, hace comida casera. Trato de comer siempre en casa, pero por ahí me toca comer lomitos en paradas. La regla es que al menos una vez al día como bien y en casa”, relata.

Silvia Elías de Pérez

(VAMOS TUCUMÁN)

“Lo único que tengo asegurado es el desayuno: un café con leche con dos tostadas”, dice la senadora Silvia Elías de Pérez. Luego, asegura que come lo que le permiten los eventos de la jornada. “Hay días enteros que lo pasamos con mate y bollo, porque andamos en lugares donde no hay otra. Y si no, empanadas, pizza… Lo que se puede. Es poco saludable”, reconoce. Respecto a cómo impacta eso en el cuerpo, dice: “algunos me dicen que estoy más flaca, pero yo no me veo. Andamos mucho. Ahí se equilibra”, afirma.

Ariel García

(Frente Evolución)

“Durante la campaña no hay que tener descuidos políticos, ni tampoco debe descuidarse a uno mismo como persona. Estar desordenado, en uno o en otro aspecto, lleva a malos resultados. Yo, por una situación personal, decidí ordenarme alimentariamente hace un año: el resultado es que he perdido 28 kilos que tenía de más. Y ahora, en campaña, cuando no hay tiempo de hacer las cuatro comidas en horario y el menú es de asados y locros, me cuido a rajatablas con la cantidad. La campaña también debe ser sana”.

Juan Manzur

(Justicialista)

Arranca a las 6 y su jornada laboral termina cerca de las 1 del día siguiente. Así es el ritmo que el gobernador Juan Manzur le imprime a su actividad institucional y electoral. “Nadie sabe cómo aguanta tanto tiempo de gira y de reuniones”, comenta uno de sus estrechos colaboradores. Él suele decir: “me gustar hacer política y no me fijo en el reloj”. No tiene un régimen alimentario. En cada lugar que visita, come lo que le convidan. Dicen que la dieta llegará recién después de las elecciones.

Ariel Osatinsky (Frente de Izquierda)

“Uno trata de comer lo más sano que puede, pero el ritmo de la campaña a veces lo hace más difícil”, admite el también dirigente de Adiunt. Afirma que sándwiches y empanadas se suelen imponer entre las reuniones y las recorridas. “La campaña y el ritmo te obliga muchas veces a comer algo al paso”, desarrolla. Indica que no nota que su peso haya variado por la nueva dieta. “Uno está todo el tiempo caminando, ahí se equipara. Hay una actividad física también”, dice entre risas.

Carlos ruiz Vargas (Nos Une el Cambio)

El ex magistrado penal explica que su campaña “es tranquila”, lo que le permite regresar al mediodía y a la noche a su casa para compartir con su familia. “Cuando hacemos reuniones con los dirigentes no son grandes comidas. Hace unos días estuvimos tomando unos mates en Alderetes, y uno de nuestros candidatos del Este organizó un locro. Por lo general almuerzo y ceno en casa, porque además estoy a dieta”, agrega el jubilado.

Marcela Sosa (MIJD)

Desde el barrio San Roque, Arcadia, la candidata del Movimiento de Izquierda Juventud Dignidad asegura que vive la campaña “desde los merenderos y comedores” que coordina. “Acá (en el pueblo) tenemos 150 niños que vienen todos los días”, explica. Su dieta, entonces, no tiene un orden preestablecido. “A veces viajamos a la capital y sólo tomo unos mates en bombilla hasta la noche. No alcanza para parar en una confitería”, detalla Sosa.